¿Y a mí quién me escucha?


I solemny swear that I am up to no good...

Seguramente algunos de ustedes se han llegado a hacer esa pregunta, podrán negarlo, pero sé que no soy la única que en momentos es "egoísta" y reclama un poquito de atención.

Habemos personas (a veces soy de esas, a veces no) que tratan de estar ahí cuando alguien más los necesita, para escuchar, para aconsejar, para ser el paño de lágrimas o simplemente para estar ahí, en silencio por horas, sólo para que esa persona que queremos, sienta que no está sola y que estamos ahí para lo que necesite.

Habemos personas (ahí sí me cuento todo el tiempo) que como diría mi buen amigo Zak, tenemos problemas que no admitimos y admitimos problemas que no tenemos. Personas que vivimos encerrados en nuestro pequeño mundo, intentando solucionar la vida de la demás gente que está a nuestro alrededor y que de verdad luchamos por eso, aunque signifique dejar atrás nuestros propios problemas.

Hay que admitirlo, muchas de esas personas en realidad no queremos que el mundo se entere de qué es lo que nos pasa, no nos parece correcto andar por ahí llorando en los rincones y haciendo pública nuestra desgracia, preferimos pasar desapercibidos y que sepan lo menos posible de nuestra vida.

Sin embargo, también hay algo más que debemos admitir. El ser humano está hecho para vivir con más gente, para convivir, para compartir y precisamente por eso: No podemos solos.

He de confesar que la mayoría del tiempo soy una persona egoísta, pero en los momentos en los que a cordura llega a mí, mi preocupación es todo lo demás, por eso no entiendo cómo le hacen los que no son como yo y que en realidad están todo el tiempo ahí para alguien más.

Porque muchas veces, muchísimas veces, hemos estado en casa del mejor amigo, platicándole nuestros problemas, explicándole porqué la vida es tan mala con uno y porqué Dios nos eligió de entre todos los del mundo para hacernos más miserable. Nos la pasamos quejándonos de todo, lo bueno y lo malo, lo pequeño y lo grande, muchas veces ya ni siquiera importa el tamaño del problema, porque sea como sea, así nos haya picado un mosco, diremos que estamos en estado terminal y vamos a morir pronto.

Ahora piensa... ¿Alguna vez le has preguntado a aquel que siempre te escucha, que siempre está ahí, cómo está? ¿Alguna vez recibiste el típico "bien" y te diste cuenta que no era cierto? ¿Cuántas veces después de saber que era mentira te animaste a preguntarle qué era lo que pasaba? ¿Ninguna? Claro, es más cómodo quejarte de tu vida que intentar escuchar a alguien más, no importa las millones de veces que ese "alguien más" lo ha hecho por ti.

"¿Y a mí quién me escucha?" Yo sé que las personas de las que hablo, esas que siempre están ahí cuando se necesitan no se hacen esta pregunta, pero recuerden, yo no soy de esas, yo soy de los que a veces somos egoístas y hoy lo soy, pero al mismo tiempo decidí no serlo tanto y compartir un poquito aquí.

¿De qué me sirve ser el mejor de los amigos si nadie ve eso? ¿De qué me sirve estar ahí cuando me necesitan, apoyarlos, darles consejos y demás, si cuando yo lo necesito me piden dejar a un lado mis problemas para darle prioridad a los suyos? ¿De qué me sirve desear lo mejor para alguien si cuando yo deseo algo para mí ese "alguien" me lo arrebata? ¿De qué me sirve ser el mejor de los amigos si cuando preguntan "quién es tu mejor amigo" volteas al lado contrario y señalas a alguien más?

Nunca me he arrepentido de ser ese tipo de persona, de escuchar a mis amigos, de aconsejarlos, de estar ahí cuando me necesitan, de darles lo que necesitan cuando lo necesitan o de renunciar a algo para mí porque ellos lo desean más. No me arrepiento y no me quejo.

Pero entonces llegan momentos como estos, en los que me doy cuenta que aunque no me gusta decir lo que me pasa, contar mis problemas... a veces es necesario.

A veces esa persona que te escucha y te aconseja, necesita más de ti de lo que tú lo necesitas a él. Algunas veces tú mismo haces tan grandes tus problemas que te impiden ver los de los demás, aun cuando hay cosas más graves y esa persona que te escucha los tiene. En ocasiones esa persona se anima a contarte lo que le pasa y empieza tan lentamente y con cosas tan insignificantes que no le das la importancia y le cambias el tema casi inmediatamente.

Muchísimas veces quisiera poder decirles a todas esas personas: "¡Basta! ¿Y a mí quién me escucha?".

Mientras leías esto pudieron haber pasado dos cosas:

1. Te diste cuenta que eres esa persona que da todo por los demás, con ganas de gritar un día que te dejen en paz y que te escuchen a ti.

2. Te diste cuenta que justo a tu lado hay alguien así, que siempre está contigo en todo, apoyándote, animándote y tú nunca has tenido el insignificante detalle de pregntarle cómo está.

Si te identificaste con el número uno, sé que no será fácil, pero debes aprender a decir basta, lo sé, es un mal consejo tomando en cuenta que yo no lo hago, pero bueno, se sabe que el que da buenos consejos es pésimo aplicándolos.

Si te identificaste con el número dos, deberías detenerte un momento y ponerte a pensar en todo lo que han hecho por ti y en que lo mínimo que se merece esa persona, son unos minutos de tu tiempo y un poquito de comprensión.

Yo sé que no es fácil, probablemente los del número uno van a batallar horrores en admitir que necesitan ser escuchados y muchísimo más para contar sus problemas a alguien. Los del número dos en algún momento olvidarán que leyeron esta entrada y seguirán siendo los mismos de siempre,los protagonistas de su propia película dramática.

Yo no pienso cambiar mi forma de ser, siempre seré la tipa egoísta que por ratos se preocupa por el bienestar de la humanidad y desea amor y paz mundial, la que prefiere sufrir a ver a alguien más sufriendo, la que aunque necesite un abrazo jamás lo pedirá porque sabe que hay alguien más que también lo necesita y ella es la única que puede darlo.

Pero también sé que siempre habrá momentos en los que me siente sola en mi cuarto y mientras escribo una entrada para mi blog me pregunte "¿y a mí quién me escucha?".

Mischief managed...

Saludoxxx

I Me!!!

It's okay to be...

Skinniy

10 Consejos para un Buen Mantenimiento de Perfil en Facebook

I solemny swear that I am up to no good... 

Nada más porque me gustó, les comparto este artículo directo desde ALT1040. Por si les gusta y desean aplicarlo. 

1. Limpieza de contactos.

No todas las amistades son para siempre. Menos las de Facebook. Quizá tengas agregado a ese compañero de la facultad con el que compartiste una clase en la licenciatura, o ese amigo de cuarto de primaria que te compartía su almuerzo todos los martes. Sea como sea, juzga (bajo tus propios criterios) si deseas mantenerte aún en contacto con esa persona. Si lo piensas bien, la mitad de la gente que sigue probablemente ya no tenga nada en común contigo. Si quieres darle un uso más personal a tu perfil, deja lo indispensable. Casi siempre menos es más. 

2. Sé selectivo al aceptar, cortés al solicitar

Mucho se ha discutido sobre aceptar a personas a diestra y siniestra. Es una cuestión de sentido común saber a quienes aceptamos. En mi caso, tengo a algunos lectores habituales del blog como contactos de Facebook. Pero más allá de ponernos un filtro para añadir, seamos proactivos. Cuando envías una solicitud, tienes la posibilidad de escribir un mensaje personal. ¡Úsalo! Escribe de dónde conoces a otra persona, o por qué razón quieres ponerte en contacto. Esa pequeña práctica le simplifica la vida a los demás. Lo cortés no quita lo social. 

3. Los gustos cambian

Así como nos dejan de interesar algunas personas, también nuestros intereses cambian. Date una vuelta por las páginas y grupos a los que estás suscrito para salirte de los que ya no te importen. Por lo menos en mi caso, estoy inscrito a varios que eran bromas locales de la universidad. Recuerda que tu perfil también es una carta de presentación social, así que considera si quieres que alguien vea que puedes juntar a un millón de personas que quieran ver a Justin Bieber en calzones.
4. ¡No, no quiero jugar a la granja!

Si hay una pesadilla en Facebook, son las aplicaciones. ¿Qué hacer? En la parte de configuración de cuenta, hay una pestaña que te permite aceptar o bloquear ciertas aplicaciones. En esa parte, puedes borrar todas las que te molesten, evitando que aparezcan una y otra vez en tu perfil. Sin embargo, como comenté antes, hay que poner el ejemplo. Si te gusta jugar en tu granjita o contestar algún quiz en un rato de ocio, ¡no lo pongas en el muro de un amigo! El respeto al perfil ajeno es la paz. 

5. La lista negra

Una de las genialidades que leí en los comentarios es la lista negra. Normalmente nos sugieren hacer un montón de listas para configurar filtros de privacidad acordes a cada grupo. Venga, que en la práctica eso te puede tomar toda una tarde — y más si no has limpiado tus contactos. Una solución sencilla es crear una lista negra para esas amistades por compromiso. Si tu jefe o tu madre te ha agregado (a todos nos pasa), en lugar de darle aire, añádelo en esta lista con un férreo control de privacidad. Así, ni quien te reclame. 

6. No me interesa, no lo veo

Otro de los grandes inventos de Facebook es la capacidad de ocultar publicaciones. En la vista principal (Home), aparece el contenido que comparten muchos de nuestros contactos. Si hay alguien que no quieres ver, simplemente haz clic en la esquina superior derecha y elige ‘ocultar’. En la parte de abajo hay un menú en el que también puedes elegir a quiénes esconder de forma permanente —- o incluso, si deseas que aparezcan con mayor frecuencia las publicaciones de otra persona.
7. Desactiva notificaciones al correo

Un problema grave es que Facebook suele saturarnos el correo. Dependiendo de tu criterio, elige qué información es importante para que te avisen directo al mail. Lo básico, a mi parecer, es dejar los avisos cuando alguien te escriba al muro o te mande un mensaje al inbox. También resulta útil para los cambios en un evento al que ya confirmaste tu asistencia. Nuevamente, para configurar esta parte, debes ingresar a la configuración de cuenta, en el menú de notificaciones. Un correo limpio es un correo feliz. 

8. Actualiza tu información

Parece un consejo de broma, pero mucha gente no tiene actualizada su información. Una de las funciones de Facebook es hacer networking, así que nunca está de más tener un perfil más o menos completo con tus últimos trabajos, algunas áreas de interés y una biografía pequeña. Eso sí, dependiendo de tus controles de privacidad, puedes animarte a poner datos más sensibles, como tu número telefónico o tu cuenta de correo personal. Queda a discreción. 

9. Programa un mantenimiento

Las redes sociales deben cuidarse y actualizarse con cierta frecuencia. Sigue estos pasos cada determinado tiempo para llevar un perfil limpio. En mi opinión, una vez cada dos o tres meses debe bastar. Tómate una hora para revisar la información que compartes, tus grupos, tus likes y demás aspectos. Ésta aplica con cualquiera de tus redes sociales. De nada sirve hacer una buena limpieza si después lo vas a descuidar.

10. ¡Úsalas responsablemente! 

No queremos oír por acá que por culpa del Facebook te pasó tal o cual cosa. No. Como nos dicen sabiamente los lectores, la responsabilidad de cómo uses o dejes de usar tu perfil es tuya. La idea es hallar un balance entre la apertura de una red social y la seguridad de la información sensible. 

NOTA: Sé que he abandonado mucho el blog últimamente, pero pretendo volver pronto.

Mischief managed...
Saludoxxx

I Me!!!

It's okay to be...

Skinniy